LEA: Lamentaciones 3:22-33
Nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad. —Lamentaciones 3:22-23
Hace exactamente un año, 155 personas que iban en el vuelo 1549 de US Airways creyeron que morirían. Al despegar de la ciudad de Nueva York, el avión atropelló una bandada de gansos, lo cual detuvo ambos motores. Con los motores apagados, el capitán hizo planear el avión sobre una zona densamente poblada, y luego anunció: «Prepararse para el impacto». No habían pasado 90 segundos cuando la aeronave inutilizada aterrizó sobre las aguas heladas del río Hudson, adonde inmediatamente acudieron barcos y balsas para rescatar a los pasajeros y a la tripulación. Todos sobrevivieron. La gente lo llamó «el milagro del Hudson» y todos elogiaron al piloto y a su personal. Un pasajero agradecido, dijo simplemente: «Tenemos una segunda oportunidad en la vida».
En tiempos de crisis, valoramos la importancia de cada minuto. Sin embargo, en la rutina diaria, solemos olvidar que cada día es una segunda oportunidad. «Por la misericordia de Jehová no hemos sido consumidos, porque nunca decayeron sus misericordias. Nuevas son cada mañana; grande es tu fidelidad. Mi porción es Jehová, dijo mi alma; por tanto, en él esperaré» (Lamentaciones 3:22-24).
Podemos decidir vivir con gratitud por la misericordia y la gracia de Dios, con confianza en Su fiel cuidado y con esperanza porque Él está siempre con nosotros. Hoy Dios nos ofrece una segunda oportunidad en la vida. ¡Aprovechémosla al máximo!
__________________________________________________________
Nuestro Dios es un Dios de segundas oportunidades.
Keila Salas