Lectura: Lucas 4:1-13
En la novela Dostoievski Los Hermanos Karamazov, Ivan Karamazov hace referencia al “milagro de la contención” -la elección de Dios de frenar Su propio poder. Cuanto más me impresiona esa observación.
Los milagros que Satanás sugirió a Jesús (Lucas 4:3,9), las señales que exigieron los fariseos (Mateo 12:38;16:1), y las pruebas definitivas que me gustaría ver no representan obstáculo alguno para un Dios omnipotente. Más asombrosa es Su negativa a realizar, a abrumar.La terrible insistencia de Dios en la libertad humana es tan absoluta que nos concedió el poder de vivir como si Él existiera. Jesús seguramente sabía esto al enfrentar al tentador en el desierto, centrando Su poder en la energía de la contención.
Creo que Dios insiste en tal contención porque ninguna exhibición pirotécnica de omnipotencia logrará la respuesta que Él desea. Sólo el amor puede lograr una respuesta de amor. “Y yo, si fuere levantado de la tierra, a todos atraeré a Mí mismo”, dijo Jesús (Juan 12:32). Él dijo esto para mostrar el tipo de muerte que tendría. Entregarse a Sí mismo es parte de la naturaleza de Dios.
¿Por qué Dios prefiere esta manera lenta y misteriosa de hacer justicia en vez de usar una venganza rápida? Así es el amor. El amor tiene su propio poder, el único poder capaz de conquistar el corazón humano.
Reflexión: La venganza contenida es una victoria obtenida.