LEA: Marcos 10:35-45
Porque el Hijo del Hombre no vino para ser servido, sino para servir. —Marcos 10:45
Cuando George W. Bush era presidente, hizo una visita sorpresa para servir la cena del Día de acción de gracias a los soldados desplegados en el extranjero. Un periodista que cubría la historia pensó que algunos podrían guardar su comida como un recuerdo, diciendo: «No sucede a menudo que el presidente le sirva a uno la comida».
Todos los funcionarios elegidos son servidores públicos, de una manera global y simbólica, así que siempre están sirviendo. Entonces, cabría esperar que un acto de servicio no fuera el tema de una de las noticias más importantes del día.
Muchas personas tienen un auténtico deseo de servir a los demás, pero para algunos, el servicio en realidad sólo busca sus propios intereses. Esto mismo sucedió cuando Jesús enseñaba a Sus discípulos. Ellos tuvieron la impresión de que seguirlo los haría grandes.
Pero Jesús rápidamente les aclaró el asunto: «Sabéis que los que son tenidos por gobernantes de las naciones se enseñorean de ellas, y sus grandes ejercen sobre ellas potestad. Pero no será así entre vosotros» (Marcos 10:42-43). Jesús les explicó que estaban siendo enseñados para convertirse en siervos: «Y el que de vosotros quiera ser el primero, será siervo de todos» (v.44).
Podemos inscribirnos en muchos seminarios de capacitación para liderazgo, pero sólo serán buenos líderes los que primero, y antes que nada, sean buenos siervos.
Un buen líder es un buen siervo.
Keila Nahomi